El uso de la loción corporal fragante implica la preparación de la piel a través de la limpieza y la exfoliación, aplicando la loción a la piel ligeramente húmeda con la técnica correcta y apuntar a los puntos de pulso para un aroma mejorado. La combinación de estos pasos con las capas de producto adecuadas, el sellado de humedad y el almacenamiento consciente maximiza tanto la longevidad del olor como la hidratación de la piel. Evitar errores comunes y mantener una rutina consistente garantiza aún más suavidad y fragancia duraderas durante todo el día.
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