Elegir productos para el cuidado de la piel adaptados a su clima es esencial para una piel sana. Los climas cálidos requieren productos livianos que controlen la grasa, mientras que los climas fríos y secos requieren formulaciones más ricas e hidratantes. Las zonas templadas se benefician de rutinas adaptables a lo largo de las estaciones. Proteger la piel con protector solar y seleccionar ingredientes aptos para personas sensibles favorece el bienestar general de la piel sin importar el clima.
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